Homilía II domingo después de Navidad

En la homilía de hoy, D. Manuel Palma nos señala tres aspectos para entrar de lleno en el sentido de este texto sagrado:

En primer lugar, se dice que el Verbo existía antes del tiempo. Él estaba en el principio junto a Dios, y de este modo tomamos conciencia de que aquello que estamos celebrando en la Navidad es un misterio. Un misterio que desborda con mucho nuestros esquemas racionales y los cambios que día a día podemos llevar a cabo.

En segundo lugar se dice que el Verbo era la luz verdadera. El verbo traduce una palabra griega llena de significados: la palabra logos, que significa concepto, palabra, verbo, discurso… y dice el papa Benedicto XVI: y también significa sentido. El sentido se hizo carne. El sentido que era la luz de los hombres.

Y la tercera clave que podemos poner de relieve en el texto sagrado que acabamos de escuchar es que, a esos que han nacido de Dios, les dio poder para ser hijos de Dios. Este misterio de la Navidad nos implica a nosotros activamente, a cada uno de nosotros. La Navidad no puede dejarnos indiferentes. Al contrario, en este misterio tomamos conciencia de que la misericordia de Dios cambia nuestra vida, hasta el punto que nos da poder para ser hijos de Dios.