Homilía domingo de Pentecostés 2019

 

En la homilía de hoy, D. Manuel Palma nos recuerda que celebramos el día por excelencia del Espíritu Santo, la solemnidad de Pentecostés. Ese “Dios desconocido”, llamado así por S. Juan Pablo II, al que con tanta frecuencia olvidamos en nuestra oración. En las lecturas de hoy podemos ver como, en primer lugar, es Áquel que hace morada en nosotros, el maestro interior que nos enseña a orar. Es la presencia del Dios vivo y verdadero en nuestro corazón, que nos hace tomar conciencia de que no estamos solos en medio del mundo.

En segundo lugar, el Epíritu Santo es Áquel que nos congrega en la unidad. A pesar de todos los medios de comunicaciones que la técnica nos aporta en estos días, esto no hace que la relación entre los pueblos y las generaciones sea más rica.

En tercer lugar, el Espíritu Santo es el que hace posible la evangelización, que nos lleva a ser apóstoles del Evangelio hasta el confín de la tierra, que muchas veces coincide con los límites de nuestra casa, de nuestro trabajo, o de nuestro entorno. También a nosotros el Espíritu nos impulsa a ser testigos de la Salvación.