Adviento en familia


Vivir el Adviento en las familias se puede -incluso se suele- hacer complicado: prisas laborales con cierres de años y cuentas, comidas y cenas de empresas y trabajos, prisas estudiantiles con evaluaciones, trabajos, exámenes, fiestas infantiles; prisas familiares, con comidas e invitados a prever, compras y compras y compras… Y al final, en vez de preparar la llegada del Niño que viene inocente a salvarnos con su Amor, en vez de esperar la Navidad, la Natividad de Jesús nos acaba por atropellar y dejamos de correr al sentarnos, por fin, a cenar en Nochebuena. Cuando nos damos cuenta, es Navidad y no hemos preparado nuestro corazón ni el de nuestra familia. Hemos cambiado al protagonista de nuestro foco.


Una ayuda para hacer una pequeña oración en casa e ir preparando el corazón, también con nuestra familia, puede ser precisamente la corona de Adviento, que expresa la alegría del tiempo de preparación a la Navidad. La luz es un símbolo de Jesucristo, luz del mundo. El encender, semana tras semana, los cuatro cirios o velas de la corona, muestra la ascensión gradual hacia la plenitud de la luz de la Navidad. Consiste en cuatro velas dispuestas en forma de corona circular, porque no tiene principio ni fin, como Dios mismo, así como su amor a la humanidad.
Sirven velas de cualquier color, pero si queremos añadirle más significado podemos ponerlas de colores: morado (propio de Adviento), verde, rojo y blanco. Las ramas verdes simbolizan, por su color, la esperanza que debemos tener en la venida del Señor. Estas velas, encendidas una a una cada domingo de Adviento, simbolizan la luz de la fe, que se llena de alegría con la llegada del Señor.


Se puede añadir una quinta vela en el centro, que se encendería en Nochebuena. Dentro de los colores, también puede utilizarse el rosa para el tercer domingo de Adviento que es el Domingo de la alegría o “Gaudete”. O bien poner otros colores dejando que la creatividad de los más pequeños -y de los mayores, por qué no- entre en acción.
La corona nos va haciendo presente el camino de nuestra preparación espiritual. Las luces van creciendo, hasta que recibamos al que es la Luz verdadera. El verde se va marchitando -incluso si es de espumillón-, pero siempre con la promesa esperanzada de que brotará un renuevo.


Este domingo, Primer Domingo de Adviento, la encenderemos en nuestra parroquia, que es nuestra casa común.Ya no cantaremos el Gloria hasta la misa del Gallo, la noche de Nochebuena, excepto en el Día de la Inmaculada.



BENDICIÓN FAMILIAR DE LA CORONA DE ADVIENTO


Vamos bendecir esta Corona con la que inauguramos en casa también el tiempo de Adviento. Sus luces nos recuerdan que Jesús es la luz del mundo. Su color verde significa la vida y la esperanza que Dios nos da.
Un miembro de la familia dice la oración de bendición:


Nuestros corazones y nuestra casa, Señor, se preparan en estos días, para el Niño Jesús que viene como luz esplendorosa, para traernos la salvación de todo mal. Llenos de esperanza en su venida, hemos preparado esta corona con ramas verdes y velas.
Te pedimos, Señor, que cada semana nos ilumines con la luz del mundo, que iluminará nuestros miedos, nuestras angustias y nuestras oscuridades. A Ti que eres el Rey de nuestra vida. Amén.


Y se enciende la primera vela.


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