Bautismo

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Dice el Catecismo de la Iglesia Católica en su número 1279 que el sacramento del Bautismo nos da el nacimiento a la vida divina: nos hace herederos del cielo. Así, el fruto del Bautismo, o gracia bautismal, es una realidad rica que comprende: en primer lugar, el perdón del pecado original y de todos los pecados personales; en segundo lugar, el nacimiento a la vida nueva, por la cual el hombre es hecho hijo adoptivo del Padre, miembro de Cristo, templo del Espíritu Santo; y, por último, la incorporación a la Iglesia, Cuerpo de Cristo, y la participación del sacerdocio de Cristo.

Al pedir el bautismo para sus hijos, los padres solicitarán la Iniciación Cristiana para su hijo y se comprometerán a cumplir las exigencias de la misma. La solicitud ha de hacerse por escrito y constará el derecho del niño a ser educado en cristiano que adquiere al recibir el Bautismo, y el compromiso de los padres y padrinos de educarle convenientemente en la fe cristiana y a que reciba los demás sacramentos de la Iniciación.

 

El Ritual del Bautismo de Niños recomienda, en el número 47:

“Por ser Cuaresma un tiempo de preparación al Bautismo de los catecúmenos y de renovación de la conciencia bautismal de los fieles, parece oportuno que durante la misma no se celebre dicho sacramento, precisamente para que la Vigilia Pascual y el día de la Resurrección aparezcan como el “día bautismal” por excelencia.

 

Formulario para Bautismo