El sacerdote nicaragüense Ramón Esteban Angulo Reyes ha sido arrestado por agentes de la Policía sandinista. Se convierte así en el sexto párroco detenido en los últimos nueve días, mientras que se elevan a 13 los religiosos arrestados en lo que va de año.
Los feligreses han denunciado en la prensa local que Angulo Reyes, párroco de la iglesia Nuestra Señora de Fátima, de la comunidad Wapy en la Región Autónoma de la Costa Caribe Sur, fue detenido la tarde del domingo por los agentes policiales tras citarlo a una reunión. Por su parte, la Policía nicaragüense, dirigida por Francisco Díaz, consuegro del presidente Daniel Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, no se ha referido a estas acusaciones. Tampoco se ha pronunciado en ninguna de las anteriores detenciones.
Entre el domingo y el lunes de la semana pasada, los sacerdotes nicaragüenses José Iván Centeno, Julio Ricardo Norori, y Cristóbal Gadea fueron detenidos por la Policía Nacional, que los trasladó a Managua. Mas tarde, el pasado jueves fue arrestado el sacerdote Álvaro Toledo, mientras que el sábado corrió la misma suerte Yesner Cipriano Pineda Meneses, párroco Nuestra Señora de Lourdes, en el municipio de Ocotal.
Esos cinco curas pertenecen a la diócesis de Estelí, cuyo administrador apostólico es el obispo Rolando José Álvarez Lagos, condenado en febrero pasado a 26 años y 4 meses de prisión por delitos considerados traición a la patria. En el caso de Angulo Reyes, el último arrestado, pertenece a la diócesis de Bluefields, en el Caribe sur de Nicaragua.
Cancelan misas en las parroquias afectadas
La investigadora en temas religiosos Martha Patricia Molina, autora del estudio titulado Nicaragua: ¿Una Iglesia perseguida? y que da seguimiento a la situación de los sacerdotes en ese país, dijo a través de su cuenta de la red social X (antes Twitter) que «las parroquias donde los curas fueron secuestrados, en su mayoría no están celebrando misa». «Las comunidades del interior de Nicaragua que quedaron sin sacerdotes están celebrando la palabra y ruegan por el pronto regreso de sus sacerdotes. Ellos solo desean al consagrado para seguir orando junto a él», agregó.
Según Molina, agentes del Gobierno de Ortega mantienen vigilancia a diario sobre una serie de sacerdotes, a quienes les toman fotografías, y no descartó el arresto de más religiosos. Las relaciones del Gobierno de Ortega y la Iglesia católica están marcadas por la expulsión y encarcelamiento de sacerdotes, la prohibición de actividades religiosas y la suspensión de sus relaciones diplomáticas.