El arzobispo de Sevilla, José Ángel Saiz Meneses, ha sido elegido como nuevo miembro del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, un órgano instituido por el Papa Francisco en el año 2016 para la valoración del apostolado de laicos, la atención pastoral de los jóvenes y las familias, así como la promoción y protección de la vida. Se trata de un reconocimiento más por parte del Vaticano a la figura del prelado hispalense y al trabajo pastoral que viene desarrollando en estos últimos años, tanto en su etapa como máximo responsable de la Diócesis de Tarrasa y, más recientemente, de la Archidiócesis de Sevilla.
No es esta la primera encomienda que el Santo Padre confía al actual arzobispo de Sevilla que, además, es partícipe de la comisión ejecutiva de la Conferencia Episcopal Española. Ya en el año 2022, nombró a Saiz Meneses como miembro de la Congregación para las Causas de los Santos, una designación que acogió con el objetivo de que «sea una ocasión de reavivar en todos nosotros la llama universal a la santidad». Más recientemente, ha estado en varias ocasiones en el Vaticano, en contacto con el Papa Francisco, tanto para la presentación del II Congreso Internacional de Religiosidad Popular, que se celebrará en diciembre de 2024 en Sevilla, como durante un viaje del equipo del Movimiento de Cursillos de Cristiandad.
El nombramiento de Saiz Meneses ha coincidido con la elección por parte de la Santa Sede de otros dos españoles que también pasarán a formar parte de este dicasterio. En concreto, han sido reconocidos la canonista Carmen Peña García, doctora en Derecho Canónico por la Universidad Comillas, que en octubre de 2018 fue nombrada Consultora del Dicasterio de Laicos, Familia y Vida del Vaticano, así como el rector de la Universidad de la Santa Cruz, Luis Felipe Navarro.
Este dicasterio asumió en su día las competencias y funciones que pertenecían al Consejo Pontificio para los Laicos y al Consejo Pontificio para la Familia. Fue, según se dio a conocer en su momento, una apuesta personal del Papa Francisco, que quiso reforzar estas áreas del apostolado, tal y como recogió en su carta apostólica ‘Sedula Mater’, en la que señalaba que, con este órgano, «aseguramos con urgencia que nos adaptemos a la situaciones de nuestro tiempo y a las necesidades de la Iglesia universal», de modo que «ofrezcamos ayuda y apoyo a los laicos, la familia y a la vida para que sean testimonio activo del Evangelio».
Fuente: www.sevilla.abc.es