El pasado sábado día 28 de noviembre, al final de la eucaristía de Vísperas del Primer Domingo de Adviento, tuvo lugar en la Parroquia Nuestra Señora del Mar la bendición de la nueva pila de agua bendita colocada en la entrada del templo.
El agua es un elemento que gozó siempre en la Iglesia de gran veneración, y bendecida ritualmente evoca el recuerdo de Cristo, que representa la culminación de las bendiciones divinas. Él se llamó a sí mismo “agua viva” e instituyó el sacramento del agua, el bautismo, para regenerar a los hombres e injertarlos en Él.
El agua bendecida nos recuerda nuestro bautismo, en el cual nacimos de nuevo del agua y del Espíritu Santo, regeneración que Cristo nos mereció con su muerte y resurrección. Siempre que nos santiguamos con agua bendita damos gracias a Dios por sus dones y pedimos su ayuda para vivir siempre de acuerdo con las exigencias del bautismo, sacramento de la fe, que un día recibimos.