El hermano Pedro Manuel Salado, consagrado del hogar de Nazaret, fue un hombre sencillo que ofreció su vida a Dios, en el día a día, sirviendo a los niños más pobres. Su vida estuvo marcada por la sencillez. Pedro Manuel Salado de Alba entregó su vida en servicio a los niños más desfavorables y culminó esta entrega dando la vida literalmente por ellos. Falleció en Ecuador el 5 de febrero de 2012 por salvar la vida de 7 niños que estaban en peligro de ahogarse.