Hakuna nació en 2013 como un grupo de jóvenes católicos que acompañaba al sacerdote José Pedro Manglano a la JMJ de Rio de Janeiro, en Brasil. Pasados diez años desde ese verano y varias jornadas de la juventud más, Hakuna se ha convertido en una realidad eclesial juvenil con presencia en más de 30 países, basada en la adoración eucarística y la música del grupo, ampliada con los textos del sacerdote y actividades solidarias (los llamados “compartiriados”).
En este contexto el Papa Francisco ha recibido este lunes en una audiencia en el Vaticano a José Pedro Manglano, el sacerdote que puso en marcha y acompaña a Hakuna. Le acompañaban tres amigos de Hakuna: Carlos, Gonzalo y Pilar. Francisco ya había acudido en dos ocasiones a encuentros de adoración de jóvenes de Hakuna en el marco asombroso de San Pedro del Vaticano, pero nunca había recibida específicamente a Manglano en una audiencia privada.
Sí es cierto que en varias ocasiones había escrito al cura español felicitando la creatividad evangelizadora de Hakuna y exhortándoles: “No aflojen”.
Desde España, Hakuna se ha extendido rápido por los países hispanoamericanos, pero también ha llegado a Corea del Sur, Estados Unidos, diversos países europeos, e incluso el Congo, dicen en la asociación. El Papa les ha animado a cuidar la relación con los obispos de cada lugar y ha bendecido sus apostolados.
La delegación de Hakuna ha regalado al Papa un libro titulado Redescubriendo la verdad en la pobreza: dejémonos del buenismo y aprendamos de los pobres. El volumen trata sobre las iniciativas sociales de compartiriado que llevan a los jóvenes a conocer más de cerca a los necesitados. También le han regalado un álbum de fotos por el décimo aniversario de Hakuna, y un disco en edición especial que recopila canciones de los 5 álbumes publicados por Hakuna Group Music.
Después, la delegación ha hablado con el párroco de San Pedro del Vaticano, Fray Agnelo, sobre el encuentro de oración que acogerá la gran basílica vaticana del 11 al 15 de octubre. Este año, el tema central será el carisma y la música cristiana. Acudirán representantes de distintos movimientos para los que la música es importante (la comunidad ecuménica de Taizé, el Camino Neocatecumenal, la Renovación Carismática, las Hermanitas del Cordero…). Todos juntos reflexionarán sobre el papel de la música para rezar, acercar a todos a Dios y a los hombres unos con otros.
Fuente: www.religionenlibertad.com