Ya tenemos disponible en la sección Homilías de la web la correspondiente a este pasado domingo. En ella, D. Manuel Palma nos explica que más vale una conversión tardía, que toda una vida en el fariseísmo.
El ejemplo que D. Manuel nos propone es la piedra de río que está continuamente cubierta de agua, y mojada en su exterior, pero su interior permanece seco. Los escribas y fariseos han recibido la palabra de Dios como esa agua superficial.
Siempre es tiempo de conversión. A nosotros, hoy el Señor nos llama a vivir la conversión, y dejar aun lado el «yo» y ponerlo a Él en el centro de nuestra vida. Vivir la conversión significa vivir al modo de Cristo. Tenemos que estar listos a negarnos día a día para que Él sea afirmado.
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