El régimen de Daniel Ortega se cobra una nueva víctima, en este caso en el ámbito educativo. La Universidad Católica Inmaculada Concepción, que impartía Filosofía y Teología a los seminaristas de la archidiócesis de Managua, ha sido disuelta jurídicamente.
Bajo el procedimiento fraudulento de “disolución voluntaria”, efectuado por Ministerio de Gobernación de Nicaragua, la Universidad Católica Inmaculada Concepción de Managua (Ucicam) ha dejado de operar.
En el último año, las autoridades nicaragüenses han cerrado otras 17 universidades privadas bajo esta modalidad “voluntaria”, considerada por muchos como una manera de presionar a los opositores de sus políticas.
La Ucicam fue inaugurada en el 2011, y servía como centro de formación para los seminaristas de diversas Iglesias locales de Centroamérica, impartiendo formación en las Licenciaturas de Filosofía y Teología. Su sede estaba en las instalaciones del Seminario Mayor La Purísima, en Managua.
El cierre de esta importante universidad católica es un peldaño más en la despiadada escalada de persecución contra la fe en Nicaragua. El Obispo Rolando Álvarez es una de las víctimas más conocidas, lleva desde el mes de febrero en prisión, despojada de su nacionalidad y condenado a 26 años de cárcel.
Por su parte, la Santa Sede no tiene representación diplomática, después de que el régimen expulsara a su Encargado de Negocios, Marcel Diouf, el pasado 17 de marzo. El Informe 2022 sobre Libertad Religiosa del Departamento de Estado de EE.UU., publicado recientemente, señala que “la falta de transparencia de las autoridades judiciales contribuye a una gran incertidumbre” en el país.
Fuente: www.religionenlibertad.com