El sacramento de la Unción de enfermos mantiene la vida divina en los sufrimientos de la enfermedad grave o la vejez. La gracia especial del sacramento de la Unción de los enfermos tiene como efectos: la unión del enfermo a la Pasión de Cristo, para su bien y el de toda la Iglesia; el consuelo, la paz y el ánimo para soportar cristianamente los sufrimientos de la enfermedad o de la vejez; el perdón de los pecados si el enfermo no ha podido obtenerlo por el sacramento de la Penitencia; el restablecimiento de la salud corporal, si conviene a la salud espiritual; la preparación para el paso a la vida eterna. (Catecismo de la Iglesia Católica, 1532)