Este sábado va a ser beatificada en Granada una joven que murió en 1095, enferma de tuberculosis, cuando tenía solo 22 años. Su nombre era Conchita y el milagro que le ha aprobado el Papa para poder ser considerada beata tuvo lugar en 2014, cuando intercedió en la curación de una niña de Alicante de 16 meses. El bebé tuvo un fallo multiorgánico y los médicos decían que no podían hacer más por ella.
Aquí es donde aparecen Emilia y Jovita, dos hermanas de Alicante que siempre habían sido muy devotas de Conchita y que recibieron una llamada de la tía de la bebé, que les pidió que rezarán por ella. La conocían porque era la persona que limpiaba en su casa y le dijeron que para que Conchita intercediese, tenían que ponerle en la habitación del hospital una medalla de la nueva beata. Los médicos seguían sin tener ningún tipo de esperanza por la curación del bebé, pero al octavo día de rezo comenzó a obrarse el milagro: el bebé abrió los ojos.
Emilia, Jovita y otras 64 personas van a estar este sábado en la beatificación en Granada de Conchita Barrecheguren, como se llamaba esta joven de Granada que ya era considerada “venerable” por la Santa Sede desde el año 2020.
“Desde que el Papa reconoció en 2020 a ella y a su padre como venerables se han ido dado pasos para la celebración que tendrá lugar el sábado”, ha contado el vicupostulador de la causa de beatificación, el sacerdote Francisco José Tejerizo. El responsable de este proceso reconoce que le sorprende la devoción a esta nueva beata puesto que se ha extendido rápidamente por todo el mundo: “Al año he recibido una media de 500 testimonios de posibles milagros” que en muchos casos le han llegado de otros lugares del mundo, como de Indonesia o Filipinas. “Es cierto que un rasgo importante de su experiencia cristiana es hacerle frente a una enfermedad prácticamente terminal como era en su día la tuberculosis”, por lo que no es de extrañar que muchos se sientan identificados.
Fuente: www.cope.es