Hoy, 15 de mayo, con motivo de la celebración del Día del Mundo Rural, reproducimos este manifiesto elaborado por el Nivel Técnico Mixto de Territorio Rural de Cáritas Española:
Si queremos y creemos que es posible mejorar, recuperar, restituir, renombrar, reinventar y poner en el lugar que merece al Mundo Rural, y trabajamos por ello, Dios y la naturaleza empujarán a favor nuestro.
En esta sociedad de consumo salvaje, donde se ha confundido “lo que vale” con “lo que cuesta” situando al dios dinero por encima de todas las cosas, y a la economía (mercado) como la madre de toda la actividad -al igual que otros grupos y movimientos cristianos-, queremos recordar-nos que sólo es posible el desarrollo integral de todo ser humano desde la perspectiva del bien común y del cuidado. El Papa Francisco lo hace explícito en sus encíclicas y sus llamamientos, y nosotras, personas que vivimos en el territorio rural, sabemos que -en gran medida-, nuestro territorio se está quedando yermo por causa del individualismo y la depredación, de los que somos participes -en muchas ocasiones-, los propios habitantes de nuestros pueblos.
Necesitamos -por salud comunitaria y justicia social-, trabajar unidas en favor de la sostenibilidad de las poblaciones rurales y sus entornos. El “usar y tirar” y el “sálvese quien pueda” nos están avocando a la muerte colectiva. Las personas que habitamos los pueblos debiéramos ser más protagonistas de la lucha por el desarrollo sostenible de las poblaciones y el cuidado del entorno natural, empujando y animando a la ciudadanía y a los responsables políticos y económicos en todos los niveles sociales, y dejar de delegar toda la responsabilidad y el trabajo en ellos.

Como Iglesia tenemos una responsabilidad ineludible, desde la caridad, el “amaos unos a otros” sigue siendo hoy, la única medicina capaz de sacarnos de esta pandemia de desvinculación social, desafección política, desligamiento de la tierra y, en definitiva, de suicidio colectivo. Este “amaos unos a otros” se ha hecho más grande y abarca más allá de nuestra comunidad y nuestra condición de seres humanos. Incluye a las personas extranjeras, a las neorurales, a las turistas, a las vecinas de toda la vida y también a las de poblaciones cercanas; al paisaje que nos acoge y acompaña, a la historia y la cultura de aquí y de allí, animales y plantas, tierra y agua…
Con la ayuda de Dios todo es posible. San Isidro lo sabía bien, y por eso no confiaba todo a sus propias fuerzas, dejando espacio para el Espíritu Santo -que llega donde no llegamos, y lo hace de la mejor manera posible.
Desde Cáritas Diocesana de Sevilla, participamos en un equipo de trabajo de Cáritas Española sobre acompañamiento a los territorios rurales, aportando nuestra experiencia en el acompañamiento a los equipos de las caritas parroquiales de pueblos con características rurales de nuestra Archidiócesis, así como aprendiendo de la experiencia de otras Cáritas Diocesanas con una larga trayectoria de trabajo en territorio rural. Desde Cáritas Sevilla se apuesta firmemente por promover el mundo rural, estando presente de manera transversal en las líneas de trabajo bianuales presentadas en la Asamblea General de Caritas el pasado año 2022.
Fuente: www.caritas-sevilla.org