Homilía III domingo de Pascua

En la homilía del tercer domingo de pascua, D. Manuel Palma nos señala cómo el pasaje de los discípulos de Emaús es una verdadera escuela de acompañamiento, en la que el mismo Cristo se hace presente y palpable para nosotros. En primer lugar, estando tan cerca de los discípulos que acoge su dolor, su frustración, que no pasa con indiferencia ante nuestro sufrimiento sino que, al contrario, lo acompaña y camina junto a nosotros. En segundo lugar, dando un sentido a nuestra vida, haciéndonos ver el sentido de su muerte y resurrección. Era necesario que el Mesías padeciera. Y en tercer lugar, prometiéndonos una presencia permanente, respondiendo al deseo del corazón del hombre, que se dirige a Dios pidiéndole: quédate con nosotros. Y él se ha quedado, especialmente a través del sacramento de la Eucaristía.