La ordenación episcopal de los dos nuevos obispos auxiliares de Sevilla, Teodoro León y Ramón Valdivia


La nave del crucero de la Catedral de Sevilla se ha vestido este sábado de gala para la ordenación de los dos nuevos obispos auxiliares de Sevilla, que ya vienen asumiendo sus nuevas funciones desde que el arzobispo, José Ángel Saiz Meneses, hiciera el anuncio oficial la víspera del Domingo de Ramos. Acompañados de una veintena de prelados, además del nuncio apostólico, Bernardito Azua, los religiosos Teodoro León y Ramón Darío Valdivia han procesionado por el templo hacia el altar donde estaba todo dispuesto para un acto tan esperado. El primero, serio y sosegado; el segundo, visiblemente más nervioso y sin perder la sonrisa. Ambos dirigían miradas hacia el retablo de plata de Juan Laureano de Pina, frente al tienen lugar todas las ceremonias solemnes, para estar seguros de que al fin ha llegado el día.

Fue la Schola Cantorum la que ha entonado el canto de entrada. Esta agrupación, que creó hace más de treinta años el maestro de coro Antonio García Herrera, mantiene viva la tradición musical primitiva. La presencia del nuncio ha servido a monseñor Saiz Meneses para trasladar de viva voz su agradecimiento al Papa Francisco, que es quien ha designado a los dos obispos auxiliares para ayudarlo en el intenso trabajo de una de las diócesis con más actividad de España. «Aquí hay tarea para cinco obispos», admitió durante la presentación que hizo hace casi dos meses. Una labor que se va a centrar en una mayor atención a las parroquias, a las más pequeñas, para que se sientan acompañadas.

Saiz Meneses ha destacado en su homilía que «la historia de toda vocación sacerdotal es la historia de un diálogo inefable entre Dios y el hombre, entre el amor de Dios que llama y la libertad de quien le responde». «Queridos Ramón y Teodoro, habéis sido llamados al Episcopado en virtud de la consagración episcopal recibiréis la plenitud del sacramento del orden y seréis configurados ontológicamente con Jesucristo como pastores en su Iglesia y constituidos miembros del Colegio Episcopal«, ha asegurado.

También los ha orientado en la tarea que tienen por delante recordando que «la autoridad queda transformada en servicio». «Cuando el Señor afirma que no ha venido a ser servido, sino a servir, señala un planteamiento permanente de la propia existencia y una entrega continua a los demás de modo desinteresado y humilde», ha continuado para terminar concluyendo que «servir y dar la vida, este es el resumen de la existencia y de la misión de Jesucristo, este es el único sentido de la vida de quien ha sido llamado al episcopado».
Obispos de Manresa y de Egabro

La lectura del mandato apostólico desveló el nuevo cargo para los que han sido ordenados. Teodoro León será obispo de Manresa, mientras que el antiguo párroco de San Roque, tendrá el título de Egabro y se convierte en el prelado más joven de España con sólo 48 años. Así lo han certificado los ordenantes, que fueron el propio arzobispo, el nuncio de Roma y el obispo de Canarias, José Mazuelos, cumpliendo con las normas del Derecho Canónico.

En los bancos han seguido la ceremonia numerosas autoridades civiles y militares. Entre los presentes estaba el delegado municipal de Gobernación y Fiestas Mayores, Juan Carlos Cabrera, y el candidato del PP a la Alcaldía, José Luis Sanz, que empezaba así su jornada de reflexión. Este último ha acudido en calidad de senador, como ha aclarado a quien le ha preguntado. Junto a él ha estado el rector de la Universidad de Sevilla, Miguel Ángel Castro, y a escasos metros, otra alcaldable, Cristina Peláez, que acude como edil del Ayuntamiento, además del jefe del Estado Mayor de la Fuerza Terrestre, Francisco Cepeda, el comandante naval de Sevilla, Daniel González Aller y el jefe superior de la Policía de Andalucía Occidental, Andrés Martín Garrido.

El momento del juramento ha sido el más emotivo y solemne. Ambos han pronunciado el «sí quiero» a los requerimientos del arzobispo, tras lo que los obispos han depuesto la mitra y los que van a ser ordenados se han postrado ante el altar, aún a riesgo de que el cable del micrófono haya puesto fácil un posible tropiezo que felizmente se ha evitado. Posteriormente, uno a uno y en silencio los más de veinte prelados presentes han impuesto sus manos sobre ellos dando así sus bendiciones.

La imposición de la mitra y el anillo las hizo el nuncio apostólico, que les ha dado a ambos a través de gestos la instrucción de cómo colocarla correctamente. Su presencia en Sevilla será corta, pues sale hacia el Rocío donde participará esta noche en el Rosario de Almonte y presidirá la misa de Pentecostés desde el Real el domingo a las diez. También estará en el Rosario de Hermandades en la procesión de la Virgen. De esta forma se recordará el trigésimo aniversario de la visita del Papa Juan Pablo II al Rocío que se celebra este año.

Los recién ordenados han tomado la palabra al final de la ceremonia. Primero monseñor León, quien ha dicho ser consciente de que recibe el ministerio episcopal «en tiempos no fáciles para la Iglesia en los que se extiende el horizonte de la indiferencia, cuando es frecuente la ridiculización de la Iglesia y hasta la persecución de los cristianos«. »El señor llama a los obispos no para que trabajen solos, sino para que formen parte del Colegio Episcopal y bajo la guía del arzobispo«, ha señalado. A él se ha dirigido directamente para dar su agradecimiento por la confianza desde su llegada a Sevilla. Y para termina ha tenido un cariñoso recuerdo, en primer lugar para las pequeñas parroquias a las que fue designado en un principio en El Torbiscal y el Palmar de Troya y también para las Hermanas de la Cruz, a las que considera su familia.

«Mientras pedíais al cielo la gracia de Cristo me postraba en el suelo recordando mi pobreza y mi indignidad», ha comenzado su intervención Ramón Valdivia. «Mi primera misión no es otra que la de secundar la iniciativa del Padre en la que él me ha insertado, la comunión con el arzobispo José Ángel junto con don Teodoro y , por favor, tengan paciencia conmigo«, ha asegurado. »Gracias por vuestra afectuosa recepción en el Colegio Episcopal. La misión de servicio como autoridad en la iglesia la cumplió Jesucristo dando la vida por su amigos, como yo solo no puedo he tenido a mi lado a quienes me han acompañado y sostenido. Juntos hemos comprobado cómo es verdad que no hay mayor gozo que dar la vida por los amigos y dio las gracias a su madre, presente en los primeros bancos, que no ha podido evitar emocionarse.
De una manera muy especial han vivido tambien esta ordenación los miembros de las juntas de gobierno de Los Negritos y San Roque, de las que Ramón Valdivia ha sido director espiritual. Tanto él como Teodoro León, hasta ahora vicario general, se unen así a la nómina de obispos andaluces en un hecho insólito en la Diócesis sevillana, pues es la primera ordenación de dos prelados a la vez. Sólo en tiempos de Bueno Monreal se llegó a contar hasta con cuatro, pero nunca ejercieron al mismo tiempo.