El secuestro del misionero claretiano Antoine Macaire Christian Noah, ha vuelto a traer a la actualidad la ola de violencia en Haití.
El padre Macaire fue raptado el pasado 7 de febrero por una banda de delincuentes cuando se dirigía a su comunidad, con el fin de pedir un rescate a su congregación.
El padre Macaire es miembro de la Delegación Independiente de las Antillas de los Misioneros Claretianos, y vicario parroquial en la parroquia San Miguel Arcángel de Kazal desde hace apenas un año.
Los claretianos señalaron que los captores del sacerdote se pusieron en contacto con el superior de la comunidad misionera pidiendo dinero para su liberación.
«Solicitamos a todos que se unan en oración para que el padre Antoine sea liberado sano y salvo», notificaron desde al congregación, en una nota firmada por el padre Fausto Cruz Rosa, superior mayor de la Delegación de las Antillas.
El padre Menegón ha alertado de la dramática situación del país antillano, el país más pobre de América Latina y uno de los más pobres del mundo, que está asolado por «las bandas armadas que gobiernan el país».
La violencia contra los religiosos no parece terminar en Haití, después del último episodio hace dos semanas cuando un instituto de religiosas brasileñas en Puerto Príncipe. «Los delincuentes se lo llevaron todo y emplearon la violencia contra las hermanas», lamentó el padre Menegón.
Fuente: www.eldebate.com