En la homilía de este pasado domingo, D. Manuel Palma nos recuerda que estamos celebrando, por primera vez, el domingo de la Palabra de Dios, que el santo padre, el papa Francisco, ha instituido en su carta Aperuit illis para toda la iglesia. Un día, dice el papa, en que tomar conciencia de cómo la voz del Señor llega hasta nosotros por medio de su Palabra.
Las lecturas se proclamaron nos llaman hoy a vivir con intensidad esa cercanía a la Palabra de Dios. Y lo hacen por medio de tres exhortaciones, tres llamadas concretas que el Señor nos hace:
En primer lugar, el Señor nos llama a la conversión. Comienza su vida pública después de haber recibido el bautismo de san Juan Bautista, y la primera palabra que sale de su boca es esa llamada a la conversión: Convertíos, porque esta cerca el reino de los cielos.
En segundo lugar, el Señor nos llama, al inicio de su vida pública, a convertirnos en sus discípulos. Se dirige a aquellos primeros apóstoles y les dice: Venid en pos de mí. Es la Palabra, la llamada que hoy reciben también en cada uno de nosotros. Los discípulos, después de oír la Palabra del Señor, lo dejaron todo: su padres, su familia, su trabajo,… y siguieron al Señor.
En tercer lugar, la tercera llamada que nos dirige la Palabra de Dios en este domingo es a ser uno. Una llamada a la unidad. El apóstol san Pablo testimonia que más allá de toda diferencia, más allá de toda división, está llamada a ser un signo de unidad en medio del mundo.
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