En la homilía de hoy, D. Manuel Palma nos recuerda que, junto a toda la Iglesia, celebramos el día del Buen Pastor. Jesucristo, el Hijo vivo de Dios que ha puesto su morada entre los hombres, es el Buen Pastor que nos conduce, a nosotros, miembros de su rebaño, hasta esa fuente de salvación, en donde nos nutrimos del agua viva que salva para la vida eterna.
Él es el buen pastor, y no deja de suscitar en su pueblo a pastores para que continúen su tarea de pastoreo. Por eso, en este día, de una forma particular, deberíamos rogar el señor que envíe vocaciones sacerdotales religiosas y misioneras a su Iglesia.
Celebramos hoy el domingo del Buen Pastor, que está tan presente en la Sagrada Escritura, a través de Abel, a través de Abraham, del mismo David, de Jesucristo, el Mesías que tanto esperaba Israel. Él es el que da respuesta a los deseos más profundos del corazón humano.
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